M500. ATAZAR-CERCEDILLA.

Amanece en El Atazar.
Dolores "all around the body" y la cabeza se pega con fuerza a la almohada. Sólo de pensar lo que espera y la brutal salida "a balón parado" hacen que demos más de una vuelta a la cama.

Al final es lo de siempre. Cuestión mental. Para arriba y al lío!!.
Rápido y frugal desayuno en algunos casos y no tan rápido y no tan frugal para otros, a eso de las 7.30 am. partimos en dirección al Pico Tres Provincias, primera minietapa del día (Carlos Rico dixit).
Desde allí las otras dos minietapas, Lozoya y Cercedilla.

Pequeños juegos mentales y fundamentales en el ultrafondo para intentar engañar a la mente y que no piense en los 160 kms. y casi 4.000 mts. positivos que tenemos por delante.
Terreno de alta montaña, duro, complicado y que no dará ni un sólo respiro. Lo que esperábamos......

Al poco de salir, y pese a su trasnochador trabajo del día anterior, el sr. Salmoral pincha. Parada nada agradable a la sombra tras la enorme sudada para retormar el track original de la ruta que hace que nos quedemos helados.
Partimos al rato y ya no pararíamos hasta el pico que marca el límite entre Madrid, Segovia y Guadalajara.

Ritmo conservador tratando de guardar la mecánica y volver a conseguir sensaciones en las piernas, las cuales sin duda notan las más de 10 horas de pedaleo del día anterior.
Todo esto no sirve de nada en los últimos 3 kilómetros de ascensión.
Aquí sólo vale la fuerza, física y mental, de cada uno para poder superar las terribles y técnicas rampas que nos dejarán al pie de nuestro primer objetivo.

El Dios Eolo no está hoy de nuestro lado y nos obliga a bajar ASAP (as soon as possible... usease, echando leches!!!).

Ahora viene lo mejor. 8 kilómetros de bajada endurera pura y dura de esas que destrozan muñecas, brazos, espalda, cuello y todo lo que lleves encima, jeje.....
Eso sí, disfrutona como pocas!!!!!.

A pesar de que el sr. Rico decida ir por delante de la bici en una curva, completamos la primera y más difícil parte sin incidencias notables.
Poco antes de coger una pista bastante más sencilla y por tanto menos divertida, el sr. Castro comienza con su recital de pinchazos.
Nos percatamos todos del incidente y paramos. Esto que escrito es fácil no lo es tanto en marcha.

Dada la distancia de seguridad a dejar con el ciclista que te precede, el viento reinante y el propio del descenso, la dificultad del descenso y la imposibilidad de ir mirando hacia atrás, hace que en ocasiones pasen unos kilómetros hasta que puedas darte cuenta de que vas sólo.....

Reparación, recomposición ósea y muscular y a seguir disfrutando.
En la parte final podemos disfrutar del nacimiento del río Duratón y en unos minutos, tras una subidita nada bien recibida, nos plantamos en el puerto de Somosierra con la intención de avituallarnos cómo es debido.

Cocas, barra de pan, jamón serrano y la práctica totalidad de los donuts de chocolate disponibles en el establecimiento (cierto y literal..... había que ver la cara de la cajera cuándo me cobró....), hacen las delicias del personal.

A estas horas ya sabíamos que el día sería fresco. Buena noticia. Sólo habría que lidiar con el tramo Lozoya-Rascafría en las horas centrales del día y a menor altitud ya que lo que restaba hasta Lozoya, la famosa Horizontal ( Transversal para el sr. Moreno.... ) y sus 25 kms. rondan los 1.500/1.700 mts. de altitud.
Pero como la idea era llegar sobre las 15.00/15.30 hrs. a Lozoya tampoco suponía un problema..... Ja.

Salimos en suave ascenso y ganando altura gradual y agradablemente con un par de paradas no técnicas en las que aprovechamos para desalojar de nuestros cuerpos y re-untar los mismos de vaselina y demás.
Evidentemente hay documentos gráficos de estos hechos pero los hemos considerado irreproducibles por el alto contenido erótico-sexual de los mismos y por el daño a la sensibilidad que los mismos producirían.

En estas estábamos, buscando la tan ansiada Horizontal, que al poco de enlazar con la misma el sr. Castro pincha las dos ruedas a la vez. Tal cual.

Mientras el sr. Moreno y un servidor circulábamos por delante y nos percatamos unos 600 mts. de descenso más adelante, el resto se pone manos a la obra.

Tras esperar un rato más que considerable y sopesar tener que volver a subir lo descendido con anterioridad decidimos ir en su busca.
Justo al llegar terminan. Suele pasar......

Unos 20 minutos perdidos y Lozoya cada vez más lejos.
Thriller moment.

Empezamos a considerar una realidad más que probable que se nos haga de noche, amén de tener que acortar la parada para comer en Lozoya.
Volvemos a ponernos en marcha en un terreno "que se deja". Incluso en algunos tramos el viento ayuda y la velocidad es alta pese a las protestas de algunos que consideran excesivo ese ritmo y la factura que ello podría conllevar más adelante.

El silencio se instala durante unos kilómetros en los que hacemos camino aunque a nosotros nos parezca que Lozoya lo han movido de sitio.
Lo bueno de conocernos como nos conocemos es el respeto y la confianza que a su vez nos tenemos.

A eso de las 17.00h (!!!) de la tarde aparcamos las bicis en Lozoya junto al bar dónde unos bocatas de lomo y queso con sus correspondientes jarras de cervezas y Cocas, hacen que volvamos a vernos como lo que somos. Unos tíos!!!.
Empieza a subir el ánimo. El sr. Moreno confirma que a las 20.00 hrs. como muy tarde estamos en lo alto del Puerto de Cotos, clave para saber si llegamos ó no de noche.

Siempre nos quedaba, en el peor de los casos, la opción de bajar a Cercedilla por carretera desde el Puerto de Navacerrada.

Pero como suele pasar en estos casos, la parada fue providencial. Retomamos fuerzas físicas y mentales.
Tranquila y calurosa travesía junto al embalse hasta llegar a Rascafría y desde allí, puente del Perdón y Presillas mediante, a comenzar la aterradora, durísima y complicada subida a Cotos.

Al poco de empezar, parada y foto conmemorativa del sitio exacto dónde semanas atrás el sr. Rico casi pierde la bici merced a una caída en la cual su vehículo fue a parar al río sosteniéndose únicamente por una rama y la voluntad del sr. Salmoral que raudo y veloz acudió al rescate.
Tal y cómo dice el protagonista, lástima no haberlo visto.....

Una primera parte ratonera, técnica y divertida junto al río nos conduce, tras pasar al otro lado a otra bastante menos divertida.
Algo de pista con repechos "calentadores", giro a derechas y trialera va y trialera viene.... Y qué trialeras!!!.

Toca tirar de repertorio, riñones y lo que puedas. Dios qué manera de sufrir.
Al final, como todo lo bueno, se acaba. Aunque pagas el precio a base de bien.

Último kilómetro por la M-604 y coronamos el tan ansiado Puerto de Cotos.

Y tal y como dijo el sr. Moreno, on time!!.
Ocho en punto de la tarde y hora y media de luz para bajar por el Gr, subir Fuenfría y bajar hasta Cercedilla. Suficiente.

Al paso por Venta Marcelino los sres. Salmoral, Castro y Rico deciden parar para beber algo.
Tanto Mariano como yo pensamos que cogerían Coca de la máquina y seguiríamos para abajo. La sudada había sido importante y quedarte parado a esas horas (pese a que no hacía frío nosotros sí que lo teníamos después de llevar todo el día encima de la burra.....) con lo que llevas encima, suele ser peligroso.

Así se lo decimos pero insisten en que deben de parar. La subida había hecho mella en las mermadas fuerzas y necesitan ese respiro. Ok.

Coca once again!!. Salimos en busca del Gr. Técnico, estrecho y en las condiciones en las que íbamos, complicado.
Apenas unos metros de descenso y compruebo cómo el sr. Rico intenta no perder el equilibrio en una zona "complicadilla". Por desgracia no lo consigue y da con sus huesos en el suelo de una manera bastante fea, saliendo por encima del manillar.
Inmediatamente desmontamos y acudimos en su ayuda. Rafa se percata que tiene luxado el dedo meñique izquierdo. En concreto se ha quedado mirando pa´rriba.....

Intentamos mantener la calma y recomponernos.
Tras el susto inicial volvemos a Venta Marcelino para que Juanjo, quien en esta ocasión venía acompañado de Blas y Oscar, recoja a Carlos en el puerto.
Mariano le comenta a Carlos que debería colocárselo. En un primer momento no lo ve claro, pero tras la confianza mostrada por el primero, finalmente lo hace y se queda más ó menos bien.
Destacar que el sr. Rico es famoso por la triste arquitectura de la que hace gala en sus extremidades superiores. Al menos no desentona con el resto del conjunto......

Lo que viene a continuación es una sucesión de tiritonas, cansancio acumulado y agotamiento cuasiextremo que hacen que nos faciliten alojamiento en el bar pese a que el comedor ya estaba cerrado.
Le damos a Carlos toda la ropa de abrigo de la cual disponemos, que tampoco es mucha, y a esperar.

El coche de apoyo estaba en Cercedilla, con lo cual en 15 minutos están arriba.

Mientras esperamos y dado que la tarde avanza inexorablemente, se plantea la posibilidad de seguir por carretera hasta el Puerto de Navacerrada, bajar hasta la segunda revuelta desde dónde sale la subida a la Fuenfría, coronar y bajar, ya de noche, hacia Cercedilla.

Opiniones diversas y fuerzas mermadas, acabamos concluyendo que la mejor opción es continuar hasta Cercedilla por carretera, relajarnos en Cercedilla y disfrutar de la compañía grupettera en la tarde de hoy en el incomparable marco del Asador de Angel.

Vertiginoso descenso al atardecer hasta el privilegiado lugar en el que está enclavada la villa serrana..
Dicho de otra manera, uno de los motivos por los que uno hace cosas cómo estas y uno de esos momentos que se permanecen en el disco duro.

Llegar a Cercedilla, encontrarnos de nuevo con Carlos, ya con mejor cara, y poder saludar a Oscar, Blas y Juanjo ( por enésima vez, gracias por todo.... ), es la mejor manera de concluir un día al cual teníamos un respeto terrible y que hizo honor a sus números y orografía.

Lo habíamos superado a un precio muy alto, la pérdida del sr. Rico, pero viendo la caída y cómo se produjo, pudo ser bastante peor.

Sólo quedaba disfrutar de la velada y poder descansar para el último día que también tenía su miga.

Como siempre, lo mejor la compañía!!!!.

to be continued.....

Saludos.

DavidP.