domingo, 6 de enero de 2013

TROUEE D´ARENBERG.


 


Sólo 2.400 mts. de longitud en ligera subida y con casi 100 kms. por delante hasta llegar al velódromo de Roubaix.

Estos pírricos datos y unos adoquines húmedos que parecen colocados por algún enemigo de los ciclistas conforman el tramo más famoso y conocido de uno de los Monumentos del Ciclismo, la París-Roubaix.

Sólo faltó en la edición de 2.005 por su mal estado (!!), volviendo al recorrido al año siguiente gracias al apoyo de varias administraciones locales para su conservación.
Único tramo de la carrera en el cual la organización se vé obligada a poner vallas ante la gran cantidad de gente que acude a vivirlo in situ.

Haciendo caso al tópico, no se gana la carrera en este tramo pero sí puede perderse.
Sin ir más lejos el vencedor del año pasado, Tom Boonen, lo sufrió en sus carnes en 2.011 al tener un problema mecánico y quedarse cortado en dicho tramo.
Eso sí, en la última edición supo cómo resarcirse.



Pese a que las condiciones meteorológicas que hicieron famosa esta carrera, es decir frío, lluvia y viento, cada año son más benignas, sólo el hecho de salvar sin percances este tramo es todo un milagro.
Según Sean Kelly "una París-Roubaix sin lluvia, no es una París-Roubaix."
Su aproximación es lo más parecido a la preparación para un sprint.
Codazos, bandazos, todo vale con tal de llegar en la posición más ventajosa al comienzo del bosque. Y todo esto a 60 km/h.

Una vez dentro, el caos. Y sálvese quién pueda.
Si no has caído antes de entrar, es fácil que caigas una vez dentro o te hagan caer.
Otro de los infortunios que pueden suceder es que pinches.

La salida del bosque es el momento de contabilizar bajas y el momento perfecto para que se formen diferentes fugas por parte de los que han salido indemnes.

Momentos de duda y zozobra por parte de aquellos que no saben con qué compañeros cuentan ó no. Muchas escapadas con final feliz se han producido gracias a esos momentos de duda.

Por contra, si no ha ocurrido ningún percance es fácil que hasta los tramos de Mons en Pévèle ó Carrefour de L´arbre no suceda nada.
Estos dos tramos que junto con el Bosque son los únicos de 5 estrellas, están más cerca de la meta y también cuentan con dureza suficiente para seleccionar la carrera tal y cómo hemos podido ver en ediciones pasadas.

Pero si hay un momento-desgracia en este Bosque de Arenberg es sin duda la caída de Johan Museeuw en 1.998.

Hasta esa fecha se afrontaba en sentido contrario al actual, es decir, en ligero descenso. Ello implicaba aún más riesgo a la hora de entrar al bosque.
Cuando el belga, gran favorito en aquella edición, cayó al suelo fracturándose la rótula izquierda y llegando a temer seriamente por su pierna, decidieron cambiar el sentido del tramo para la edición de 1.999.



La definición de Infierno del Norte viene dada de los tiempos de la Primera Guerra Mundial. El estado en que quedó el terreno tras la guerra llevó a un periodista a calificarlo así tras el paso de la carrera.

Precisamente las guerras han sido las únicas en impedir que se celebrase la carrera en un total de 7 ocasiones.
Hasta 1.966 seguía saliendo de París. Desde ese año primero Chantilly y luego Compiègne, hasta la actualidad, han albergado la salida de la prueba.

Roger de Vlaeminck y Tom Boonen, cada uno con 4 adoquines, son los ciclistas más laureados de la carrera.
Como es lógico Tommeke es el único con opciones de romper el empate, con permiso de Cancellara y cía.
En lo que respecta a los españoles únicamente Poblet, segundo en 1.950 y tercero en 1.960 y Flecha, segundo en 2.007 y tercero en 2.005 y 2.010, han sido los que más cerca han estado.

Decíamos adoquines porque ese es el trofeo que se lleva a su casa el vencedor. Tal cual.



Para este año lo más interesante será sin duda la vuelta de Cancellara a una prueba hecha a su medida (a diferencia del Tour de Flandes en la cual los muros le restan "algo" de ventaja, aquí se basa todo en la fuerza, la potencia y..... la suerte. Sus ataques en la edición de 2.011 con Hushovd a rueda y sin querer relevar fueron antológicos!!!) y cómo decíamos antes, la posibilidad de Boonen de pasar a la historia cómo el mejor clasicómano ever.


Todo ello con permiso de Pozzato, Hushovd, Boom, Flecha y tantos más.
Sin duda alguna, de todos los Monumentos este es el más especial. No sólo dependes de cómo llegues, te situes en carrera o saber estar en el corte adecuado. Una caída tuya o ajena echará por tierra todo ese trabajo.
Está claro que es una carrera en la cual la suerte tiene un papel fundamental.

Tal y cómo sucede con Flandes ó Lieja, también cuenta con una versión cicloturista con miles de aficionados que recorren 210 kms. de los cuales 54 de ellos son sobre pavé.
Se celebra a principios de junio.

Asímismo es de los pocos Monumentos sobre los cuales se han hecho no una, sino varias películas ó documentales intentando narrar y plasmar su dureza.



Para acabar un vídeo de la edición de 2.009, quizás la última con caídas más determinantes entre las cuales figuran las de Flecha y Hushovd en los kms. finales.





Fuentes e imágenes: diariovasco.com, plataformarecorridosciclista.com y wikipedia.


Saludos.

DavidP.

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