jueves, 12 de junio de 2014

M500. VALDEMORO-ATAZAR.




Mucho hemos escrito y hablado acerca de la M500.

Pues bien, tanto la ruta como la experiencia han estado a la altura de lo esperado.
Aventura, incertidumbre, percances mecánicos y físicos, sobreesfuerzos inimaginables para algunos hace sólo unos meses, dolores y molestias en sitios desconocidos, compañerismo, tensión, calor, frío, etc......
Y sobre todo y por encima de todo, una agradable sensación de querer volver a repetir. Buena señal.

Vamos a intentar, ya con el paso del tiempo y la perspectiva que da el mismo, desgranar tres días en los cuales pasó de todo.

A las 7 de la mañana del viernes 6 nos encontramos en el Centro Lúdico de Valdemoro los sres. Moreno, Castro, Rico y un servidor esperando al sr. Salmoral quien confirma a los 10 minutos que se ha dormido y que le demos otros 15 minutos de cuartelillo....... mal empezamos.
Aunque a esas alturas no sabíamos lo que iba a empeorar la cosa......
Murphy´s Law.





Recordemos que teníamos por delante algo más de 200kms. hasta llegar a El Atazar antes de anochecer. Cada minuto nos hacía falta. Si bien es cierto que el terreno no era excesivamente complicado hasta llegar a las estribaciones de Valdepeñas, precisamente a partir de allí acumulábamos la práctica total del desnivel positivo del día (1.900mts. más ó menos.....) cuándo ya llevaríamos unas 8 horas encima de la bici.

En cualquier caso la tranquilidad imperaba en el grupo. El día era largo, no excesivamente caluroso y había muchas ganas. Lo teníamos de cara.

Finalmente un poco antes de las 8 de la mañana, y tras desearnos suerte y cero percances (!!!), enfilábamos los caminos de la Sierra Sur dirección Seseña en primera estancia y Aranjuez a posteriori.




Saliendo de la localidad madrileña famosa por sus fresas y cuando apenas llevaríamos hora y media de trayecto, primera bofetada en toda la cara. Y de la manera más tonta!!!.

Tras decidir bajarnos de la bici en un tramo embarrado por el regadío y mientras unos limpiaban la bici y otros ajustábamos el GPS, embestida del sr. Rico al que suscribe. Parece ser que sin intención..... (!!!).

Yo parado. Él recién montado en la bici, mirando hacia abajo para comprobar que no quedaba barro y zas...... al suelo.
Tras mirarnos con cara de besugo el uno al otro, comprobamos que estamos bien y exceptuando el golpe contra el suelo y el mosqueo por lo tonto del incidente, decidimos seguir.

Al montar en la bici compruebo que el cambio está completamente doblado. Cambio y patilla del cuadro que sostiene al mismo... De hecho se mete en los radios y a punto está de destrozar la rueda.......

Cara de besugos no, de gilipollas!!!!.
Por mi parte lo veo claro. Va a ser complicado seguir así y puede que la aventurilla haya acabado antes siquiera de empezar.
Entre todo lo sucedido en la preparación y esto, va a haber que hacer caso a las señales.....

Reseteamos al instante y tiramos de "momento Dakar".
En un primer momento se trata de intentar ponernos en marcha sea como sea!!!!. Luego ya veremos hasta dónde llegamos.

Desmontamos el cambio e intentamos, piedras mediante, enderezar la patilla para alinearla lo mejor posible y que no salte.
Tras varios intentos y unos 20 minutos, conseguimos que al menos tres piñones se porten decentemente.
Con eso y los tres platos creemos poder llegar hasta algún pueblo en el cual encontremos, bien una tienda de bicis ó un taller dónde mejorar la chapucilla.
El problema era cuándo tocaba bajar ó subir piñones, ya que empezaba a saltar de una manera nada agradable.
Lo único favorable era el terreno. La ausencia de desnivel de importancia nos beneficiaba.

Así pues nos ponemos en marcha con la mejor de las intenciones mientras al sr. Rico le remuerde la conciencia.
Destacar este hecho es de suma importancia, ya que todo aquel que tenga la suerte de conocerlo sabrá que no es fácil que esto ocurra.
Será que al final le importamos......

Pero como el día es largo, aún pueden pasar más cosas.
Apenas unos kilómetros después el sr. Salmoral advierte que a mi rueda trasera le pasa algo.
Paramos y comprobamos que se ha roto un radio..... (!!!).
Murphy´s Law once again!!!!!.

Afortunadamente la rueda no roza en las vainas y no está muy deformada. Sacamos bridas y conseguimos sujetar el radio a otros tres de una manera más que aceptable.
A seguir... hasta dónde se pueda.




Señalar que llevamos algo más de dos horas de una ruta que se presume de 30 horas para los tres días.
Indudablemente y pese a que el ánimo no decaía en el grupo, ya empezaba a mosquear y El Atazar se veía cada vez más lejos.

Llegamos a Fuentidueña en algo más de 3 horas, tal y cómo habíamos previsto. Al fin una buena noticia.
Saliendo de allí el sr. Castro decide ocupar su cuota de protagonismo y se las ingenia para introducir la cadena doblada en el desviador con una tensión que ni los tornillos de un submarino.
Alucinante!!.

Otros 10 minutos parados hasta que conseguimos que todo vuelva a la normalidad.
Precisamente desde allí llamamos al hombre de la ruta. El sr. Ortiz.
Encargado de llevar ropa y comida tanto a El Atazar como a Cercedilla en las dos noches que pasaríamos fuera, valoramos la posibilidad de que recoja una patilla y un radio en 4 Biker Shop ó bien nos acerque su bici para que yo pueda seguir los días restantes, o bien nos la deje en Meco por dónde pasaríamos a la hora de comer.

Por temas personales este último punto es imposible en ese momento. Además yo considero viable llegar hasta El Atazar en esas condiciones siempre y cuando el radio aguante. El tema de los cambios más ó menos era llevadero. Tensando y destensando desde el manillar dependiendo del terreno que nos encontráramos, me apañaba.

Salimos dirección Norte buscando surcar toda la zona este de la Comunidad.
Ambite, Santos de la Humosa y Meco serían nuestros siguientes destinos de paso.
Terreno seco y duro, con la excepción del carril bici hasta llegar a Ambite, que se vió mitigado por la ligera ayuda del viento lo que hizo que llegando a Ambite acumuláramos los primeros 100 kilómetros.
Otra buena noticia!!!.




Allí tocaba la primera parada NO-técnica para refrescarnos con las primeras de las muchísimas Coca-Colas que tomaríamos a lo largo de los tres días.



Seguimos con ánimos renovados y haciendo cálculos con el fín de comer lo más lejos posible.
Finalmente llegamos a Meco a las 15.00 horas y decidimos parar.
Glorioso pincho de tortilla, dos rondas de Cocas y balance de la jornada hasta el momento.

Pese a todo lo sucedido seguimos vivos y con ánimos intactos. Algo más de 140 kilómetros y mucho más cerca de El Atazar.
Tras hablar con Emilio (4 Biker Shop), decidimos que finalmente Juanjo nos acerque su bicicleta por la noche.

Salimos de Meco en plena Chucha Time (dícese del período en el cual sientes un aplastamiento tal que sólo quieres estar tumbado y a ser posible, al fresco.... suele durar desde que comes hasta unas dos horas después, en el mejor de los casos).

La salida de la localidad anteriormente mencionada es, cuánto menos, soporífera.
Paisaje desolador, ausencia total de vida por todos lados, caminos y trigales que desprenden bofetadas de calor y cinco tipos a lomos de sus bicis totalmente empapados, quienes pese a todo no dejan de reir y decir gilipolleces con el fin de animarse unos a otros mientras sus estómagos intentan asimilar lo ingerido con anterioridad.




Las siguientes horas son un calco en cuanto a terreno y paisaje.
Algún repecho, alguna bajada que sube el ánimo y un "corte" en el terreno en forma de campo arado, que nos obliga a llegar a Casa de Uceda, ya en Guadalajara, por carretera. Cierto es que se agradece este tramo asfaltado después de los últimos kilómetros rizados y rebotones que dejaron nuestras espaldas y posaderas para el arrastre.

Saliendo de Uceda y mientras comprobámos el sr. Castro y yo el camino más adecuado a seguir, nuevo percance.
Bajada vertical y a los pocos metros me percato que el GPS ha saltado del soporte de manillar..... (!!!).

Media vuelta sin avisar ya que espero encontrarlo en medio de la pista, y para arriba.
Un par de reconocimientos arriba y abajo no dan el fruto esperado. Llamada del sr. Castro para averiguar qué hago y se presenta la Caballería al instante.
Toca jugar a exploradores...... A los 15/20 minutos de inspección el sr. Moreno (God Bless Him!!!!!) localiza el aparatito en cuestión.

Nueva puesta en marcha que ya empieza a nublarse y son algo menos de las 19.00 horas. Aún queda bastante desnivel y unos cuantos kilómetros antes de anochecer y ya hemos perdido mucho tiempo.

Afortunadamente desde aquí hasta El Atazar sólo paramos en Valdepeñas de la Sierra para aprovisionar sólidos y líquidos con los cuales encarar con garantías lo que nos esperaba.



Ah, no!!!. Que no habíamos pinchado aún!!!!.
Venga va, pues llegando a El Atazar el sr. Salmoral se encarga de que no falte de nada......

A las 21.00 horas llegamos a la plaza del pueblo que da nombre al famoso embalse de la Comunidad dónde nos recibe el sr. Ortiz con un abrazo y la mejor de sus sonrisas.

Primera parte completada!!!!!. 215 kilometrillos a la buchaca!!!!.




Cena disfrutona con el susodicho, explicación de lo sucedido y a buscar el alojamiento previamente concertado.

Duchas rápidas, recogida de comida necesaria para el día siguiente, cambio de bici (en mi caso) y al rato ya estamos distribuyendo camas y buscando la horizontal, no la de la Sierra, sino la de la cama.

Unos antes que otros deciden que por hoy viernes, ya está bien.........

to be continued.......






Saludos.

DavidP.







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