Tras una primera semana emocionante y bastante divertida para lo que suelen ser últimamente las Grandes Vueltas, y en la línea de lo que suele ofrecer la corsa italiana, llegábamos a la segunda de ellas dónde entraba en juego la alta montaña, que sería protagonista pero no por su recorrido sino por las condiciones meteorológicas que impidieron el desarrollo en su totalidad de muchas de ellas.
Un aplauso al organizador, sr. Aqcuarone, por proponer semejante recorrido con alturas cercanas a los 3.000 mts. en pleno mes de mayo, amén de adelantar la salida de la carrera una semana......
Como detalle significativo, es el mismo responsable de la Milán-San Remo de este año. Dicho todo.
Antes de todo esto y tras otro día de lluvia, frío y viento ( la tónica en este Giro, aunque no muy diferente de las ediciones de otros años...) saltaba la cuasisorpresa en forma de abandonos de Ryder Hesjedal y sobre todo, Bradley Wiggins.
Este último parece ser aquejado de bronquitis debido al mal tiempo en jornadas anteriores.
Aún confirmando este punto, es justo reconocer que nunca se le vió en condiciones para estar a la altura.
Tras su decepcionante contrarreloj, dónde precisamente debía de fraguar su ventaja de cara a las jornadas de montaña que estaban por venir, se antojaba cuánto menos difícil que pudieran dar la vuelta a la clasificación en la alta montaña.
Más reforzado salió un Vincenzo Nibali que pudo jugar a la defensiva, algo que hasta ahora no se había visto con excepción quizás de su victoria en la Vuelta Ciclista a España, aunque con ello perdiéramos algo de espectáculo.
Por contra Rigoberto Urán, con su ataque en la primera etapa de montaña de verdad, el tiempo recuperado en ella y su posterior victoria, se convertía en la baza a jugar por parte de SKY.
Cadel Evans, regular como suele, sí que parecía en condiciones de alterar la tranquilidad de Astaná especialmente en la cronoescalada de Polsa.
Algo más lejos los Scarponi, Santambrogio ó Betancour se posicionaban esperando diferentes movimientos de carrera.
Y no fué en la alta montaña dónde se establecieron las diferencias, sino en días anteriores.
El primero en ceder tiempo fué Santambrogio, cortado en una de las innumerables trampas que jalonan el recorrido italiano, quién perdió unos minutos vitales pese a la ayuda de su equipo para que enlazara en la jornada que ganó Intxausti.
A partir de aquí no se le volvió a ver.
Su arrancada junto a Nibali dos días antes, dejando descolgados a todos los favoritos, y lo fácil que parecía ir, nos hicieron creer que daría guerra en jornadas venideras.
Scarponi, pese a intentarlo en repetidas ocasiones no consiguió estar a la altura de lo que se esperaba de él aunque no se le pueda reprochar absolutamente nada por su esfuerzo, si bien es justo decir que sus mejores días parecen haber pasado.
Evans se hundió en la cronoescalada precisamente el día que Nibali dejaba sentenciado el Giro. Por si fuera poco veía peligrar su segunda posición a cargo de Urán.
Posición que finalmente perdería el penúltimo día en Tre Cime di Lavaredo.
En cuanto a Urán, más de lo mismo. Estuvo en su sitio. Atacó valiente en la primera que tuvo y le dieron vía libre.
Pese al tiempo perdido el día que, junto con Henao, esperaron a Wiggins, tampoco fué significativo. Nibali lo dejó cómo y cuándo quiso.
Betancour peleón como siempre y acumulando segundos puestos, también como suele últimamente....
Lástima por el colombiano ya que no hace justicia a su esfuerzo y calidad.
En el apartado nacional, destacar el enorme papel de MOVISTAR con victorias de Dowsett y Visconti, este último por partida doble y una de ellas finalizando en el Galibier.
Decepcionante por contra Euskaltel y especialmente Samuel Sánchez.
Tras preparar con supuesto mimo la carrera, desechando entre otras Vuelta Ciclista al País Vasco, al poco de comenzar cambia de opinión y parece ser que se conformaba con una etapa.
Tan sólo en la crono estuvo en condiciones de optar a ello aunque se topo con un brutal Nibali.
Y en cuanto al vencedor poco más que no hayamos dicho ya.
Merecido no, merecidísimo triunfo en casa.
Por más que el ganador del año pasado y el máximo favorito al empezar la carrera se fueran a casa a los diez días, siempre dió sensación de estar muy metido en carrera y ser superior a ellos.
Desde el primer día. Atento a todos los cortes y no precipitándose en ataques banales.
Fué enfundarse la maglia y sabedor de su ventaja en montaña, administrar de manera magistral los tiempos y atacar justo en los momentos en que debía.
Premio justo su victoria en la crono de Polsa, dónde arrasó y dejó con la miel en los labios a Samuel Sánchez, y sobre todo, vencer en Tre Cime vestido de rosa y siendo italiano, le aupan a lo más alto de la hinchada tifossi.
Su paso a Astaná ha convertido a un muy buen ciclista en uno de los grandes. Tras sus fiascos del año pasado, especialmente en Milán-San Remo y Liège-Bastogne-Liège, dónde se quedó a muy poco de inaugurar su palmarés en Monumentos, y ser el único animador del pasado Tour de Francia, este año ha encadenado un inicio de temporada impresionante y que lo sitúa dónde debe estar.
Merecido descanso para unos y puesta a tono para otros en el próximo Dauphinè Libere y Tour de Suiza que servirán como piedra de toque para el próximo mes de julio.
Ya queda menos!!!!.
Fotos: www.cobblesandhills.com y www.cyclingfans.com.
Saludos.
DavidP.
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