jueves, 6 de diciembre de 2012

CLAUSURA OFICIAL DEL CURSO.




Con idea de juntarnos los máximos grupetteros posibles antes de acabar el año y echar una buena mañana de ciclismo por las carreteras de la Sierra Sur, nos plantamos a eso de las 9.45 a.m. de la mañana de hoy en el sitio habitual de reunión.

A excepción de los Sres. Castro, Ortiz y el kuñaó estábamos todos. Además tres caras conocidas más se unieron a la fiesta.

Después de la salida del martes (la cual no merece crónica alguna y sí una reflexión...) había acuerdo tácito.
"Salida neutralizada" al menos hasta Griñón.
A partir de ahí, sálvese quién pueda!!!.
Desde aquí la idea era llegar hasta Lominchar, Yuncler, Yuncos, Illescas, Seseña, bajar hacia Aranjuez y girar hacia Ciempozuelos buscando el Kappelmuur para llegar a Valtimor dónde estaría situada la meta.
Todo claro.

Pero como suele ocurrir cuándo se planean tanto las cosas luego la realidad suele ser muy distinta.
Por partes.

Cómo se sospechaba, al llegar a la rotonda de Griñón se desatan hostilidades.
Orejas de punta y máxima atención. Habían bastado dos rotondas consecutivas y algún coche atravesado para cambiar el chip completamente.

Aún así a estas alturas marchamos todos compactos. Paso por Carranque y no hay variaciones.
A partir de aquí, y en algún punto que desconozco, los Sres. Rojas y Salmoral (auténticos adalides del cicloturismo y deporte sano...) deciden abandonar nuestra compañía.
El guión sigue su curso y poco antes de llegar a Lominchar, en unos toboganes idílicamente situados se produce el primer aguijonazo del Sr. Manquillo.

Para no extenderme en demasía señalar que el "invitado" en cuestión no es ni mucho menos desconocido por todos nosotros. Compañero de trabajo y habitual de las ruedas gordas tiene calidad más que de sobras para aguantar ritmos altos de crucero.
Recién salido de una larga enfermedad con una serie de condicionantes a la hora de practicar deporte, ha sabido recuperarse y poco a poco va cogiendo el tono y volviendo a ser el qué era.
Hoy desde luego ha estado muy astuto y comportándose como un viejo zorro.

Como resultas del aguijonazo que comentaba, nos abandonan el amigo Alfredo y Miguel Angel.
En el caso del primero su proceso de "recuperación" basado fundamentalmente en el gimnasio le tiene limitado a la hora de agilizar piernas.
Del segundo no puedo hablar ya que no nos conocemos. Imagino que viendo cómo se ponía la mañana prefirió ser precavido. Hizo bien.

Llegada a Lominchar a buen ritmo y saliendo del pueblo primer incidente en forma de pinchazo.
Parada y descanso que aprovechan los Sres. Rojas y Salmoral para alcanzarnos con cierta sorna.

Como era normal nada más reparar ritmo vivo de nuevo buscando el ecuador de la carrera.

Pequeño despiste en Yuncler y dirección Yuncos/Illescas que hacemos con un puntito extra.
A partir de aquí hay terreno de sobras para seleccionar y llegar al Muur "tocados".

Aunque aquí cada uno tenía su versión de cómo quería llevar el final de etapa.

Hasta ahora se venían sucediendo los relevos con regularidad. Trabajo repartido a partes iguales.
Como es lógico y aprovechando la orografía siempre hay gente que se encuentra más a gusto y trabaja más mientras otros velan armas y "se guardan algo". Lícito por ambas partes.
Hay terreno para todos, si bien hoy era eminentemente rodador y exceptuando la subida al Muur de Gramont apenas había dificultades.
Eso sí, el ritmo llevado y el paso de los kilómetros endurecía de sobras el recorrido.

Poco antes de Illescas se empieza a trabajar con muchas ganas y ritmo. Mi idea era tratar de mantener ese ritmo el máximo tiempo posible e ir desgastándonos entre todos para llegar a Ciempozuelos "malheridos" y subir cómo pudiéramos. Pero claro, TODOS.
Por variar un poco de estrategia, vamos.

Pero al salir de Illescas percibo que mis compañeros de viaje no son de esa opinión.
Ligera bajada de ritmo y a guardar piernas para el último tramo.
Es en este tramo, antes de llegar a Seseña, dónde en uno de esos repechitos que "no parecen para tanto" nos sobreviene el segundo aguijonazo del Sr. Manquillo que provoca que se corten los Sres. Maroto, López y el amigo Diego.

Nos quedamos por delante Muri, Moreno, Rico, Manquillo y un servidor. Mnnnn.....

Esto ya huele a quemado.
Empezamos a juguetear y el primero que lo intenta es Muri que llevaba tiempo con la intención pero estrechamente marcado por Manquillo que se limitaba a seguirle y no relevarle, lo cual estaba exasperando sobremanera al lojeño.
Al lojeño y al resto. Habíamos trabajado más ó menos todos por igual mientras el invitado únicamente había dado dos relevos/ataques con la intención de seleccionar. Eso no.....
A jugar se ha dicho!!!!.


Diferentes acelerones y a buscar el corte bueno. En una de estas se queda Manquillo aunque se reintegra inmediatamente.
Seguimos a ritmo de competi manteniendo distancia con los perseguidores.
Antes de llegar a Seseña, más rock ´n roll!!!!.

Sale Muri, encendido por lo que entiende falta de colaboración para tirar, y le sigue Rico. Moreno vé la jugada y sale a por ellos llevando a Manquillo y un servidor a la reunificación de nuevo.

Iba a jugarse todo en el clásico muro.
Antes de llegar allí, nada más bajar hacia Aranjuez y coger el desvío, decido probar sin demasiado convencimiento, más bien por inercia.
No sale nadie. Si pasado un rato mantengo distancia, gas!!!!.

Pero Moreno no estaba dispuesto a ser convidado de piedra y sale como alma que lleva el diablo.
Precisamente en ese momento, pinchazo. DIOS!!!!!.
Me avisan desde atrás y neutralizamos.

Aprovechamos para intercambiar opiniones y relajar el ambiente entre Los Barones y Manquillo. Éste último confirma que por él ya está bien y quiere relajarse. No problem!!!.
Muri asiente y enterramos el hacha de guerra.

En estas llegan a nuestra altura los perseguidores y no paran. Mal.
Moreno herido y el resto asombrados.
Parece ser que iban "rejoneados" y podía ser peor el remedio que la enfermedad. Parar a esas alturas puede hacerte no arrancar más tarde.

Seguimos la vuelta a casa a ritmo allegro.... por si teníamos referencia visual y liábamos la penúltima. Pero no pudo ser. Estuvimos mucho tiempo parados y era mucha la distancia.

Subida al Muur completamente diferente a la que habíamos pensado en un principio. Lo que no quiere decir que fuéramos parados.
Llegada a Valtimor a buen ritmo para mantener la fabulosa velocidad media que tanto nos había costado conseguir, y en el caso de Rico, Muri y un servidor a buscar el zumo de cebada reparador qué tanto bien nos hace antes de despedir por unos días al lojeño que marcha a su tierra.

Quedan algunos días en los que volveremos a echarnos a la carretera, sino todos una mayoría, aunque por compromisos laborales ó deportivos no seremos tantos cómo en el día de hoy.

Por todo ello sirva esta entrada cómo homenaje y broche a la temporada para todos los grupetteros.


Saludos.

DavidP.

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